El ciclo de las rocas
El ciclo de las rocas es el conjunto de procesos que se pueden producir en una roca a lo largo del tiempo mediante los que una roca puede transformarse en otro tipo de roca.
Cada uno de los tipos de rocas que hemos visto, como rocas sedimentarias, metamórficas o ígneas pueden llegar a transformarse en otro tipo de rocas si las condiciones a las que se encuentran cambian.
Todo tipo de rocas que están en la superficie terrestre, sedimentarias, metamórficas o ígneas, al estar bajo los procesos de los procesos geológicos externos (meteorización, erosión, transporte y sedimentación) tienden a destruirse y descomponerse en sedimentos. Estos sedimentos, por diagénesis, dará lugar a rocas sedimentarias. Estas rocas sedimentarias, formadas a partir de sedimentos compactados procedentes de cualquier tipo de roca o de seres vivos, también podrá volver a erosionarse y dar lugar a una nueva roca sedimentaria, o transformarse por aumento de presión y temperatura en una roca metamórficas, o fundirse y dar lugar a una roca magmática.
Las rocas sedimentarias y las ígneas se formaron en unas determinadas condiciones de presión y temperatura. Como estas rocas han cambiado de condiciones ambientales, pueden llegar a transformarse, sin llegar a fundirse, en rocas metamórficas. Estas rocas metamórficas pueden erosionarse y dar lugar a otra roca sedimentaria o cambiar sus condiciones de presión y temperatura y llegar a fundirse y originar otra roca ígnea.
Si los minerales que forman las rocas llegan a fundirse y originan magma, el resultado será una nueva roca ígnea, plutónica o volcánica, según cómo sea el enfriamiento de ese magma. La roca ígnea, ese magma consolidado, podrá ser erosionada y transformarse en sedimento y después una roca sedimentaria, o debido a la alta presión, transformarse en otra roca metamórfica.